Tips para prepararse antes de una sesión formal de feedback

Escrito por: Equipo eClass

Tener una comunicación efectiva, tanto con tu equipo como con tus clientes, es crucial. Para esto el feedback (retroalimentación) es una potente y útil herramienta de relación interpersonal y de dirección de personas. Un buen feedback debe tener como objetivo ayudar al desarrollo del equipo de colaboradores/as. Sin embargo, para que este proceso sea efectivo es clave situar el foco en la preparación, para lo que te entregaremos prácticos tips.

Existen cuatro tipos de feedback dependiendo de los objetivos: silencioso, crítico, de refuerzo o positivo y constructivo. Para que el feedback sea un proceso efectivo debe:

  • Estar centrado en la conducta.

  • Describir y no evaluar; ser específico y no general.

  • Enfatizar el qué y no el por qué; referido a conductas o situaciones que pueden ser modificadas.

  • Ser oportuno; solicitado más que impuesto. 

  • Estar centrado en el receptor antes que en el emisor.

  • Ser verificable y comprobable.

Es importante ser capaz de generar un clima de confianza antes de dar el feedback y durante el proceso, para evitar bloqueos por parte del receptor. Antes de dar el feedback hay que reunir datos objetivos para poder ser muy concreto. Es deseable conocer al receptor y su estilo para adaptarse comunicacionalmente a él. Finalmente, un buen y constructivo feedback despierta el sentido de pertenencia de las personas que colaboran con la empresa, generando mayor autoestima y ayudando a desaprender hábitos ineficaces.

A continuación te dejamos los tips de preparación para una sesión formal de feedback, considerando todo lo aprendido anteriormente:

  • Reúne todos los datos, antecedentes e información que necesitas para presentar una visión objetiva del tema. 

  • Considera el punto de vista del receptor. 

  • Trata de entender quién es y cómo quiere crecer. 

  • Prevé la respuesta del receptor a la sesión de feedback. En lo posible, adapta tu estilo comunicacional al del receptor.

Para muchas jefaturas dar feedback está dentro de las actividades más ingratas de su labor. Por esta razón, muchas lo evitan, dificultando el desarrollo de sus colaboradores/as. Aún peor, en los pocos momentos en que entregan feedback, éste suele no estar planeado y, por consiguiente, no sigue las pautas del feedback constructivo, por lo que termina contaminado con emociones negativas (como la rabia).

La próxima vez que tengas la ocasión de dar feedback, sácale el mayor provecho para que sea una real oportunidad de producir un cambio y favorecer en el desarrollo de sus colaboradores.

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